Orvieto, el milagro eucarístico y la solemnidad del Corpus Christi

Catedral de Orvieto

Esta semana he tenido la oportunidad de visitar esta ciudad medieval junto al P. Sergio Tapia, Profesor de la Facultad de Comunicación de la Universidad. 

La Catedral -impresionante, monumental, joya del gótico italiano- fue construida por el Papa Urbano IV en 1290, para albergar el milagro eucarístico ocurrido en Bolsena. 

Fachada: toda una catequesis de la Historia de la Salvación

El Milagro Eucarístico de Bolsena: 

el origen de la Solemnidad del Corpus Christi 

En el año 1264 el Padre Pedro de Praga, Bohemia, dudaba sobre el misterio de la transustanciación del Cuerpo y de la Sangre de Cristo en la Eucaristía. Acudió así en peregrinación a Roma para pedir sobre la tumba de San Pedro la gracia de una fe fuerte. De regreso de Roma, Dios se le manifestó de manera milagrosa ya que cuando celebraba la Santa Misa en Bolsena, en la cripta de Santa Cristina, la Sagrada Hostia sangró llenando el Corporal de la Preciosa Sangre del Señor. 

El relicario:
Al centro el corporal con las gotas de la
Preciosísima Sangre de Cristo

La noticia del prodigio llegó pronto al Papa Urbano IV, que se encontraba en Orvieto, ciudad cercana a Bolsena. Hizo traer el corporal y, al constatar los hechos, instituyó la Solemnidad de Corpus Christi. 

Capilla de la Reliquia:
En la pared, frescos que cuentan la historia del milagro

El mismo Papa Urbano IV encargó a Sto. Tomás de Aquino la preparación de un oficio litúrgico propio para esta fiesta y la creación de cantos e himnos para celebrar a Cristo Eucaristía. Entre los que compuso está la sublime secuencia “Lauda Sion” que se canta en la Misa de Corpus Christi. 

Nave central. Al fondo, el ábside

Aquí comenzó todo. Una profesión pública de fe en la presencia real de Nuestro Señor Jesucristo en las especies sagradas. Para reflexionar, a las puertas de la gran Solemnidad de Corpus Christi –mañana se celebra aquí en el Vaticano y en muchos otros lugares del mundo-, y para acrecentar nuestra fe en el Señor.

No podía faltar el selfie con el P. Sergio Tapia