Hemos tenido el retiro del mes de febrero que ha coincidido con los inicios de este tiempo cuaresmal. Ha sido una mañana de recogimiento y oración. Los temas han girado en torno al empeño y la lucha por la santidad –al alcance, en lo cotidiano- y el espíritu de examen –sobre todo del examen de conciencia-.
El corazón…el lugar donde el Señor quiere habitar, donde quiere poner su morada. Lo más preciado que tenemos. Nuestro corazón debe ser un lugar de oración, un templo, pero muchas veces es otra cosa. ¿Un mercado? Donde se vende de todo, donde se puede encontrar de todo, pero donde no hay espacio para Dios…”Han convertido mi casa en una cueva de ladrones…”
El corazón..."donde jugamos todos los dias el partido de las decisiones entre el bien y el mal" -lo ha dicho el Papa Francisco en el Angelus-...
Es hora de reemprender el camino de vuelta. De limpiar el corazón. Aquel niño que se preparaba para la primera comunión y que con alegría pero con algo de consternación le dice a su mamá: -Hoy nos han hablado de la confesión como una limpieza del corazón, pero aun no entiendo cómo hacer para “meter” la escoba en el corazón…
El corazón…limpiar el corazón cada día. Examinarme. Luego viene el propósito. Y la lucha sigue…
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