Recibo un mail. –Encomienda a dos sacerdotes que tienen cáncer. Me golpea y me consterna. ¿Por qué sucede esto? Son sacerdotes, tanto por hacer.
¿Cuál es el sentido del dolor, del sufrimiento, de la contradicción? Sí, esa que encontramos en nuestra vida, más aún, que es parte de la fragilidad de nuestra vida. Es difícil encontrar una respuesta humana a esa pregunta, o quizá no haya respuesta humana.
Esta mañana leía algo que dice San Juan Crisóstomo: “(Dios) Quien sabe todo lo que sufren y lo puede impedir, si no lo impide, es evidente que por providencia y cuidado no lo impide”. Es decir, tiene un propósito para nosotros.
Cuántas veces hemos escuchado que hemos de ver esto con una “visión sobrenatural” pero, ¿qué significa? Poner en juego las virtudes teologales.
Verlo con ojos de fe. Ciertamente la fe no quita el sufrimiento pero nos da la seguridad –la certeza!- que en esos momentos somos objeto del gran Amor divino, nos ha “seleccionado” para afrontar una prueba de la cual saldremos vencedores.
Y eso despierta la esperanza. Porque Dios no falla, no abandona, nos da la gracia –precisa!- que necesitaremos en ese momento. Dios no pierde batallas.
Y se enciende el amor, la caridad. Sentimos la presencia de Dios que es Padre –mi Padre!- que me ama y que quiere que corresponda con amor. Esta dispuesto a darme innumerables bienes, a purificarme, a través de la penitencia, de ese “camino espinoso”.
Así, el camino del dolor y de sufrimiento es ahora distinto. Ahora se entiende la expresión latina: "Poenae sunt pennae", las penas son alas, porque te elevan hacia a Dios…
TE DAMOS INFINITAS GRACIAS SEÑOR JESUS POR LLENAR NUESTRA ALMITA DE ESPERANZA FE AMOR GRACIAS POR LA VIDA DEL PADRE LEE ES UN TESORITO QUE ILUMINA MUCHAS VECES NUESTRO ENTENDIMIENTO NOS UNIMOS EN PLEGARIA MISERICORDIOSAS PARA TODOS LOS SACERDOTES AMEN
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