El "hoy" es un regalo. Disfrutar cada momento, agradecer por todo lo que tenemos: alegrías, penas, bendiciones, dolor, familia, amigos...A pesar de tantas cosas que pueden suceder en nuestra vida, Dios siempre está.
Dios nos concede un "hoy". Cada segundo de este día es una oportunidad para hacer el bien, para amar más a Dios, para decir un "te quiero" sincero.
Convirtamos cada segundo en un momento eterno diciendo: ¡GRACIAS, SEÑOR!
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