Iglesia de Santa Dorotea en el Trastevere |
Hacía una tarde agradable y soleada. Una buena oportunidad para caminar por la zona del Trastevere y hacer algunos mandados que tenía pendientes. Necesitaba comprar algo para el Señor que servirá para estos días del Triduo Pascual. Al volver, decidí pasar a hacer una visita al Santísimo en la Iglesia de Santa Dorotea.
Mientras rezaba un poco –en medio de la penumbra- veo que se me acerca un típico “povero” –pobre- de los que te encuentras por la calle y te piden una moneda. Quizá de unos 25 años, con rasgos asiáticos.
–Padre, una moneda, no he comido nada –me dice, mientras se sienta en la banca de enfrente.
–¿De dónde eres? ¿Cuánto llevas en Roma? –le digo, mientras lo observo y comienzo a decidir interiormente si en verdad dársela o no.
–Soy de Bangladesh y llevo ya dos años aquí…
–¿Y aun no has encontrado trabajo?
–Es difícil Padre, siempre piden papeles y yo no los tengo –y su rostro se vuelve sombrío.
–Está bien. Te doy una moneda…pero para comprar comida, no otra cosa… Y no se te olvide rezarle a Dios, para que te ayude.
–Gracias, Padre –me dice mientras se levanta y dibuja una sonrisa en su rostro-…y Feliz Pascua!
Nada más irse, me asaltó una duda…pero inmediatamente escuche un susurro en mi cabeza:
–Ya has comprado algo para el Señor, tocaba dar algo también a quien lo necesitaba…
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